Las várices como algunas otras enfermedades son debidas a la suma de ciertos factores de riesgo, es muy raro que solo se presente uno de ellos.
Algunos factores causales son modificables como el peso corporal y otros no como la herencia, el sexo o la edad.
Estar mucho tiempo de pie o sentados en una misma posición, malas posiciones profesionales (sentado en una oficina o parado sin movimiento), dañan sus venas.
Algunos de factores mencionados a continuación pueden ser la causa desencadenante o agravante para la formación de las várices.
La Herencia. Es decir un familiar de primer orden puede transmitir la información que predispone a tener várices y esto puede repetir en generaciones futuras, es decir, si su mamá y papá tienen várices, es bastante probable que usted las padecerá y que usted pueda transmitir esa información a sus hijos. Por este motivo es que hay varios miembros de una misma familia con esta enfermedad.
El sexo, el sexo femenino tiene más predisposición a la enfermedad por los cambios hormonales, tratamientos a base de hormonas y los embarazos, pero también los hombres pueden presentar la enfermedad y es más frecuente de lo que se puede imaginar.
La edad, con el paso del tiempo las venas pueden perder tono, o perder función adecuada sus puertas o válvulas y esto traer várices.
Ciclos menstruales, es común que con la primera menstruación da inicio a las primeras arañitas venosas o venitas alteradas y en ocasiones a molestias en las piernas y en jovencitas con carga genética familiar incluso venas varicosas.
El embarazo, en algunas paciente es una etapa clave para el desarrollo de várices, y esto es debido al gran aumento de hormonas que acompañan al embarazo, (aumenta la progesterona, hormona que dilata las venas) el efecto de masa que crea la compresión del bebé sobre algunas venas grandes en el abdomen y la tendencia a aumentar excesivamente de peso. (embarazos múltiples). En algunas ocasiones las venas dilatadas durante el primer embarazo mejoran después del parto, pero se congestionan y no mejoran posterior al segundo emabarazo.
Desórdenes hormonales ligados a la pubertad, el embarazo, la menopausia o los tratamientos hormonales, uso de anticonceptivos orales.
El no hacer ejercicio y tener los músculos del tobillo y de la pantorrilla flácidos ( sin un tono muscular adecuado)
Sobrepeso u obesidad, es un factor común para ambos sexos, pero es en la mujer en donde la grasa puede acumularse en las piernas y además asociarse con no solo la aparición de várices sino con la aparición de celulitis. El sobrepeso dificulta el regreso de la sangre de los pies hacia el corazón.
Golpes o fracturas de las piernas o el tobillo.
Intensa actividad f ísica ( exagerada) ejercicio con mucho peso o anaeróbica (pesas).
Tratamiento inadecuado de várices con cualquier método practicado ( escleroterapia, laser, radiofrecuencia, cirugía).
Uso prolongado de zapato de tac ón muy altos.
Desequilibrio alimenticio
Ropa muy ajustada
La exposición a temperaturas muy elevadas, no solo al calor del sol sino también de saunas o de hornos, el estar mucho tiempo en la cocina etc. El tiempo de frio mejora el problema venoso ya que no se dilatan tanto las venas.
Antecedente de trombosis venosa profunda previa ( secuela postrombótica ) antecedente de obstrucción de una vena profunda de la pierna.
El tabaquismo, estudios recientes han demostrado que algunos metabolitos del cigarrillo afectan a las venas.
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